La ausencia de León en el rol

Como ya sabes de sobra, porque te lo he repetido en las entradas anteriores hasta que me he quedado a gusto, me he criado en León y siempre he intentado que las partidas que he hecho estén centradas en mi ciudad. No es una ciudad muy grande, pero sí es una ciudad históricamente relevante y con un bagaje cultural de cierto interés que pueden traspasarse a varios escenarios que pueden explorarse en su longeva historia, tocando así varios juegos de rol muy diferentes. 

De cómo aproveché en su momento todo esto para Vampiro también estás al tanto, porque incluso hay una entrada exclusivamente dedicada a cómo veo este juego a día de hoy, después de una trayectoria muy centrada en él y enfocada en la ciudad. Así que oye, voy a dejarte tranquilo con el autobombo, que con la tontería te has comido la misma anécdota un par de veces o tres, y al final voy a acabar repitiéndome más que nunca.

Esta reflexión se produce, sobre todo, porque veo con envidia el mecenazgo de Piel de Toro 1978 y cómo muchas ciudades de España han sido representadas en las recompensas desbloqueadas llamadas “Calles primigenias”, con semillas de aventuras para Barcelona, Madrid, Granada, Galicia, Valencia, Sevilla, Cádiz, Bilbao, Ibiza, Asturias, Mallorca y Gerona. Y no sólo me da envidia, porque veo que esas ciudades se ven representadas por autores de nuestro país y trascienden, al menos, un poco la normalidad de las noticias diarias donde, si no pasa en una gran ciudad o se trata de una gran desgracia, no es relevante nada que ocurra en las pequeñas capitales de provincia: también me da pena. 

La existencia de esta línea es una de las grandes alegrías de estos años

Me da pena porque conozco roleros con buenas ideas en mi ciudad, gente que se dedica, o se ha dedicado, a realizar diversas actividades en esta afición y que conocen muy bien León. Me da pena que, aunque sí hay una oferta rolera en la ciudad y existan asociaciones, e incluso tiendas, que promuevan estos juegos, la ciudad no trasciende más allá de las palabras que, por suerte, dedican siempre las ediciones de Aquelarre al Reino de León, dada su importancia histórica.

Como autor de mis propias publicaciones y materiales para mis partidas de rol, entiendo perfectamente las cuestiones que planteen dudas sobre León como centro de cualquier tipo de publicación rolera para poder llevar a cabo una partida, o varias, en la ciudad y su alfoz. Puede que incluso en su provincia, porque no quiero olvidarme tampoco de otras poblaciones de menor tamaño y enclaves interesantes que, aunque no sean la propia capital, ofrecen también un escenario a mis ojos bastante atractivo.

Sé que hay material en internet para poder sacar algo de trasfondo rápido, sobre todo si quieres que León sea una parada más de tu campaña de Weird Wars Rome, Piel de Toro o Cultos Innombrables, por hablar de horrores más allá de Aquelarre o Mundo de Tinieblas. Pero permíteme darte la turra con un poco de historia de la ciudad, destacando pocos puntos para que esto no sea peor que la Wikipedia.

Qué tiene que ofrecer León al autor

Estamos hablando de una ciudad que fue fundada como campamento militar romano por la Legio VI Victorio aproximadamente en el último tercio del siglo I a.C. y que luego fue rescatada para la Legio VII Gemina, que se instalaría permanentemente hasta el siglo V. Posteriormente sería conquistada por los musulmanes, habitada por monjes mozárabes y convertida en capital de un floreciente reino medieval, hasta que la Peste Negra diezmó la población y entró en decadencia.

Reconstrucción del estandarte del Reino de León, de Wikimedia Commons

De León se decía que estaba llena de mendigos, vagabundos y marginados, que la ciudad sólo vivía de la Iglesia, pero la minería llegó para salvar la ciudad después de la Guerra de la Independencia, consiguiendo no sólo sobrevivir, también crecer gracias a la posterior llegada de la industrialización de la zona. Una ciudad repleta de cultura, sentimiento y reivindicaciones regionalistas que albergan mucho más que lo que la historia nos muestra. Profundizar en todo ello sería abrir la Wikipedia, y creo que no es necesario.

No sólo de la ciudad de León vive la provincia, porque esta puede dividirse en comarcas tan diferentes entre sí que proveen de una gran variedad de ambientes y costumbres. El Bierzo, la Maragatería, la Bañeza, el Páramo, las Montañas de Luna y Riaño, la Cabrera o Sahagún, por poner algunas de las comarcas agrarias que las delimitan, aunque bien podríamos citar comarcas históricas como Babia, Los Ancares, Omaña o el Valle del Torío. Todas ellas con sus historias y tradiciones orales que bien pueden dar para una ambientación seria y curiosa.

Se entiende que la relevancia nacional se perdiera hace siglos, sobre todo a ojos del Jugador o Director de Juego de fuera de la ciudad, pero todo está ahí para sus habitantes.

Sólo es ponerse

No es que pretenda comparar León con grandes metrópolis como Madrid, Barcelona, Bilbao, Valencia o Sevilla. Dios me libre. Por suerte para ellas han tenido un crecimiento bastante grande y tienen una trascendencia global que las hace destacar sobre el resto, apareciendo en diversos medios de una manera u otra. Pero yo ahí no me meto, a ojos del autor extranjero no podemos pretender que conozcan toda España y, además, sean lo suficiente fieles a la realidad como para que tenga sentido. Es más, si me pongo serio, he de decir que entiendo perfectamente que un autor nacional, o una editorial nacional, lance en sus publicaciones escenarios centrados en las grandes ciudades por un simple motivo: hay más gente, así que hay más probabilidades de que ahí pasen más cosas. 

Lo bueno que tiene el rol es que, por suerte, siempre se ha podido crear mucho contenido de aficionado a su alrededor. Y sí, como contenido de aficionado que es, su calidad puede tener un amplio espectro de calidades, desde la genialidad más absoluta al pozo infecto de despropósitos más grande de todos los tiempos. Y por eso me sorprende que no encuentre apenas material de aficionado sobre León, de cualquiera de las calidades dentro del grande espectro.

San Marcos y el monumento al peregrino, por no poner siempre la Catedral

Como he mencionado al principio de la entrada, entiendo que en León existen suficientes aficionados al rol como para tener un amplio espectro de gente creativa que puede escribir, perfectamente, seis hojas sobre su ciudad en su juego de rol favorito. Por eso me da pena la situación, porque estamos hablando de una ciudad que tiene más de dos milenios de antigüedad y que ha formado de la historia de este país durante bastante tiempo, nombrada Cuna del Parlamentarismo en 2013 por la UNESCO.

Me sigue sorprendiendo y me sigue entristeciendo que eso pase en mi ciudad. Y sé que no es el único caso, y que ocurrirá con muchísimas ciudades pequeñas, pero no puedo saber el estado concreto de cada una de ellas. Por ejemplo: tengo ascendencia segoviana, pero estoy muy alejado de la afición allí y no sé si existe un movimiento rolero en la ciudad o la provincia que hagan documentos para ambientar los diferentes juegos de rol en ellas. Pero oye, me gustaría saberlo. En Segovia y en todas las ciudades pequeñas.

Supongo que el aficionado a los juegos de rol prefiere que le den las cosas hechas en cuanto a ambientación, aunque también es verdad que es posible que alguien que use León como ciudad para sus partidas puede no necesitar ningún módulo escrito, ni siquiera prepararlo y publicarlo. Incluso, si me pongo pesimista, a lo mejor nadie quiere sacar a la luz pública su contenido porque no quieren compartirlo, a no ser que puedan sacar unos dineros con él.

“¿Y por qué no lo haces tú?”, dirás. Y sin entrar a debate, te diré que después de trabajar en León Nocturno sí me doy cuenta de una cosa. León necesita aparecer en más juegos, y sólo es ponerse. Total, ya lo he hecho más veces.